Introducción
Cuando las relaciones comienzan, ¡tienen una chispa! Pero a medida que las cosas avanzan, comienza el verdadero trabajo de desarrollar la intimidad. No tener intimidad puede resultar frustrante e incluso aislante para las parejas. De hecho, una relación sin intimidad es como sentarse a ver una película donde los actores simplemente están leyendo el guión. Puede que tenga una historia y puede que sea práctico, pero carece de la esencia que lo hace divertido y que vale la pena dedicarle tiempo. Si te has estado preguntando cómo cultivar la intimidad en tus relaciones, este artículo responderá a todas tus preguntas.
¿Qué es la intimidad?
Si se tiene en cuenta el uso general de la palabra intimidad, es posible que se sienta tentado a considerarla una característica de las relaciones románticas. Pero el sexo, el romance y la intimidad son bastante diferentes. De hecho, es más que posible tener una relación muy íntima con un amigo o familiar y, por otro lado, tener relaciones sexuales sin intimidad.
En términos simples, la intimidad es la experiencia de conexión, vínculo y cercanía dentro de las relaciones [1]. Sin embargo, es un concepto muy amplio y hasta la fecha no existe una definición única. Pero esto no ha impedido que los psicólogos intenten definirlo. Por ejemplo, Perlman y Fehr (1981) lograron identificar tres temas en la intimidad: la cercanía de la pareja, la capacidad de autorrevelarse de forma segura y la experiencia de calidez y afecto [2].
En general, la intimidad tiene más que ver con sentirse cómodo y vulnerable con su pareja (o amigo, o incluso hermano). Cuando te sientes cerca de tu pareja, te sientes cómodo siendo tú mismo y eres capaz de compartir lo que sientes o lo que has pasado sin temor a ser juzgado a cambio, puedes calificar esa relación como íntima. Por el contrario, cuando una relación está plagada de conflictos, cuando se rompe la comunicación o cuando se arraigan cosas como el resentimiento y la crítica, la relación es más distante.
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¿Cuáles son los diferentes tipos de intimidad?
La intimidad no es una construcción única. De hecho, en ocasiones se trata de una acción como tomarse de la mano mientras se camina; a veces es una experiencia como cocinar juntos en silencio; a veces una interacción como compartir un secreto profundo; y otras veces, es sólo una característica de una relación. A grandes rasgos, la intimidad se puede dividir en 5 tipos [3] [4]:
- Intimidad física: un tipo esencial de intimidad entre parejas románticas, implica tener relaciones sexuales, besos, abrazos y otros toques físicos platónicos o sexuales.
- Intimidad emocional: esto implica compartir los sentimientos y experiencias de uno y confiar en que el otro lo escuchará y lo reconocerá. Este componente suele ser bastante difícil de lograr, ya que muchas personas temen el rechazo y, a veces, incluso se enfrentan al rechazo de sus parejas.
- Intimidad intelectual: La intimidad intelectual es donde comparten sus ideas y nuevos conceptos entre sí y discuten algunos temas de interés común. Esto permite que los socios se entusiasmen con las mismas cosas y brinda una oportunidad única de comprender la visión del mundo del otro.
- Intimidad espiritual: La intimidad espiritual implica compartir creencias y valores comunes sobre cosas que usted considera importantes para el crecimiento personal y la ascensión espiritual. Si bien para algunos esto puede incluir la religión y la práctica religiosa comunes, esa no es la única forma de intimidad espiritual. Cosas como creer en la misma filosofía o practicar yoga o meditación juntos también pueden ser signos de intimidad espiritual.
- Intimidad experiencial: se trata de compartir pasados comunes, hacer cosas juntos y compartir experiencias entre ellos. Algo tan simple como cocinar juntos, incluso en silencio, puede ser parte de una intimidad experiencial.
¿Por qué es importante la intimidad en una relación?
La intimidad puede hacer o deshacer una relación. Los terapeutas de pareja saben que la falta de intimidad es una de las principales razones de divorcio y ruptura [5]. Las tres razones principales por las que la intimidad se vuelve importante para las relaciones son:
1) Un componente del “amor”: Según la teoría triangular del amor, la intimidad es el núcleo común del amor, no sólo en las relaciones románticas sino en todo tipo de relaciones [6]. Dada por Sternberg, esta teoría habla de tres componentes del amor, y uno de ellos es la intimidad, que se encarga de impulsar la calidez y la confianza en una relación.
2) Salud y bienestar: las buenas relaciones pueden hacerte saludable tanto física como mentalmente. La razón de esto es que las relaciones íntimas brindan apoyo y reducen la soledad [2]. La mayoría de los problemas de salud mental y de salud física empeoran sin apoyo o con la soledad. Además, los desafíos del día a día se manejan mejor cuando tienes a alguien con quien compartir, desahogarte y pedirle consejo.
3) Satisfacción de la relación: cuando las personas tienen relaciones íntimas, están más satisfechas con esas relaciones. Las investigaciones muestran que la mayoría de los tipos de intimidad afectan la satisfacción de la relación de manera positiva [7].
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¿Cuáles son algunas barreras comunes a la intimidad?
Hay una crisis de intimidad en muchas relaciones y existen numerosas razones para ello. Algunas barreras comunes a la intimidad incluyen:
1) Diferencia en la necesidad de intimidad: La intimidad es una necesidad, pero no todas las personas tienen el mismo nivel. Algunos podrían necesitar niveles más altos de intimidad para estar satisfechos, mientras que otros podrían necesitar niveles más bajos [2] [8]. Si existe tal incompatibilidad en la pareja y no pueden comunicarse, les resultará difícil lograr una relación profundamente íntima.
2) Miedo a la intimidad: algunas personas tienen miedo de ser abiertas con alguien. Por lo general, cuando las personas han tenido experiencias infantiles negativas en las que sus seres queridos las rechazaron o avergonzaron por ser vulnerables, aprenden que la intimidad y la cercanía son peligrosas. Así, en la edad adulta, tienen miedo a la intimidad y no pueden establecer un vínculo íntimo con nadie [9].
3) Horario y prioridades exigentes: con hijos, trabajos, limitaciones financieras y plazos estresantes, muchas parejas se dan cuenta de que la intimidad es lo primero que sufre. Puede que seas uno de aquellos cuyo horario no les permite tener tiempo para la intimidad y, si es así, entonces no estás solo. Una de las mayores barreras a la intimidad es el exigente horario de las personas y sus estilos de vida.
4) Conflictos y mala comunicación: Cuando en la relación están presentes las críticas, el rechazo, las peleas y la hostilidad, la intimidad estará muy lejos [2]. Cuando los socios experimentan conflictos frecuentes y no pueden comunicar sus necesidades entre sí, el resentimiento se acumula en la relación y los socios se sienten distantes el uno del otro.
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¿Cómo se puede cultivar la intimidad en una relación?
Muchas series de televisión y películas han utilizado esta premisa: la pareja ha pasado tiempo juntos, pero hay hostilidad, infelicidad y tal vez incluso infidelidad. Con el tiempo, se dan cuenta de que todavía se aman y pueden recuperar su intimidad. Si bien cultivar la intimidad no es tan sencillo en la vida real, la buena noticia es que puedes hacerlo. Algunas formas en las que puedes construir intimidad en tu relación son:
1) Comience con la reflexión: el primer paso para solucionar algo es encontrar el problema. Tanto usted como su(s) pareja(s) deben reflexionar sobre dónde surge el problema. ¿Es a nivel individual, como el miedo a la intimidad? ¿Es en tus interacciones, por ejemplo, que no eres capaz de comunicarte? ¿Es situacional, es decir, tal vez tus horarios no te permiten tener intimidad? También puede ser que tengas una relación íntima pero quieras fortalecerla. En ese caso, reflexiona sobre lo que deseas mejorar.
2) Programen tiempo el uno para el otro: la intimidad requiere algo de trabajo. Especialmente cuando hay problemas de programación, todos los socios pueden decidir conscientemente programar tiempo para la intimidad. Esto puede incluir cosas como programar citas nocturnas, pasar una hora juntos cada día y realizar cualquier actividad (como cocinar o limpiar) juntos mientras comparten sus vidas.
3) Confiar y hablar: una forma de generar más intimidad es abrirse a su pareja y revelarle sobre usted mismo. De hecho, muchos consideran que la revelación personal es un marcador de intimidad. Por lo tanto, confiar en su pareja y compartir lo que siente, comunicar sus necesidades o simplemente hablar sobre su pasado o experiencia emocional puede mejorar la intimidad.
4) Escuchar al Otro: Escuchar es tan importante como hablar. Cuando su pareja intente comunicarse, asegúrese de escucharlo y reconocerlo. Escuchar implica prestar atención y comprender cuál es la emoción detrás de lo que tu pareja comparte.
5) Explore la terapia de pareja: los terapeutas de pareja son expertos en el constructo de la intimidad y en estrategias para construirla entre parejas y parejas románticas [2] [5]. Es posible que desees explorar algunas estrategias para desarrollar la intimidad con tu(s) pareja(s) con un terapeuta.
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Conclusión
La intimidad es lo que hace que una relación sea cálida y afectuosa. En muchos sentidos, define lo que es o puede ser el amor. Perder la intimidad en cualquier relación puede causar una perturbación importante, no sólo emocional sino también física. Por lo tanto, es importante que valoremos las relaciones íntimas y nos aseguremos de dedicar tiempo y esfuerzo a fortalecerlas.
Si está preocupado por su relación y desea comprender cómo puede desarrollar la intimidad, puede comunicarse con nuestros expertos de United We Care . En United We Care, los expertos están comprometidos a brindarle las mejores soluciones para su bienestar general.
Referencias
[1] J. van Lankveld, N. Jacobs, V. Thewissen, M. Dewitte y P. Verboon, “Las asociaciones de intimidad y sexualidad en la vida diaria”, Journal of Social and Personal Relationships , vol. 35, núm. 4, págs. 557–576, 2018. doi:10.1177/0265407517743076
[2] D. Perlman, S. Duck, Daniel y B. Fehr, “El desarrollo de las relaciones íntimas”, en Relaciones íntimas: desarrollo, dinámica y deterioro , Beverly Hills: Sage Publications, 1987, págs.
[3] MT Schaefer y DH Olson, “Evaluación de la intimidad: el inventario de pareja*”, Journal of Marital and Family Therapy , vol. 7, núm. 1, págs. 47–60, 1981. doi:10.1111/j.1752-0606.1981.tb01351.x
[4] S. Nabil, “6 tipos de intimidad”, Naya Clinics, https://www.nayaclinics.com/post/6-types-of-intimacy (consultado el 20 de septiembre de 2023).
[5] M. Kardan-Souraki, Z. Hamzehgardeshi, I. Asadpour, RA Mohammadpour y S. Khani, “Una revisión de las intervenciones para mejorar la intimidad marital entre personas casadas”, Global Journal of Health Science , vol. 8, núm. 8, pág. 74, 2015. doi:10.5539/gjhs.v8n8p74
[6] RJ Sternberg, “Una teoría triangular del amor.” Psychological Review , vol. 93, núm. 2, págs. 119-135, 1986. doi:10.1037/0033-295x.93.2.119
[7] H. Yoo, S. Bartle-Haring, RD Day y R. Gangamma, “Comunicación de pareja, intimidad emocional y sexual y satisfacción en la relación”, Journal of Sex & Terapia de pareja , vol. 40, núm. 4, págs. 275–293, 2013. doi:10.1080/0092623x.2012.751072
[8] C. Dandurand y M.-F. Lafontaine, “Intimidad y satisfacción de pareja: el papel moderador del apego romántico”, Revista Internacional de Estudios Psicológicos , vol. 5, núm. 1, 2013. doi:10.5539/ijps.v5n1p74
[9] AL Vangelisti y G. Beck, “Intimidad y miedo a la intimidad”, Enfoques de bajo costo para promover la salud física y mental , págs. doi:10.1007/0-387-36899-x_20