Introducción
El miedo puede estar relacionado con una situación específica o asociado con otras condiciones médicas. Solo la idea de estar cerca de la sangre o mirarla puede hacer que una persona se sienta extremadamente estresada. Tal comportamiento puede ser un efecto de una experiencia traumática previa que involucre sangre. Con poco esfuerzo y asistencia, puede deshacerse de esta fobia y continuar con su vida cotidiana.
¿Qué es la hemofobia?
La hemofobia es un miedo excesivo e irracional a la sangre. Es un tipo específico de fobia. En casos severos de esta fobia, un individuo puede experimentar reacciones físicas en su cuerpo y colapsar o desmayarse. En general, las personas que experimentan hemofobia se sienten incómodas incluso ante la idea de estar cerca de la sangre. Verlo puede estresarlos extremadamente. Las personas que tienen esta fobia se sienten enfermas ante la idea de tener que someterse a cualquier procedimiento médico que involucre sangre. La hemofobia es distinta del miedo natural de la mayoría de las personas a la sangre. Es una aversión severa a la sangre o estar en cualquier situación donde la sangre pueda estar presente.
¿Cuáles son los síntomas de la hemofobia?
Cuando alguien ve sangre en la realidad o virtualmente, como en las películas, puede desencadenar los síntomas de la hemofobia. Procedimientos médicos simples, como análisis de sangre, desencadenan ansiedad y miedo en las personas que viven con esta fobia.
- Las personas que padecen esta afección evitan situaciones relacionadas con la sangre, como boxear, ver películas de terror o acción, hacerse análisis de sangre o visitar hospitales.
- Pueden ponerse ansiosos si se trata de sangre.
- Les preocupa pensar en las actividades que pueden tener que hacer con la sangre.
- Los síntomas fisiológicos varían en severidad. Incluyen dificultad para respirar, aumento del ritmo cardíaco y la presión arterial, dolor u opresión en el pecho y sudoración.
- La respiración corta, la boca seca y los dolores de cabeza también pueden acompañar a estos síntomas.
- Las personas hemofóbicas instintivamente quieren escapar de la vista de la sangre.
- Incluso pueden desmayarse si no pueden escapar de la escena.
¿Cuáles son las causas de la hemofobia?
- Un niño puede sufrir una lesión dolorosa o un evento traumático en sus primeros días, por lo que se pone ansioso al ver sangre.
- Los adultos pueden desarrollar hemofobia más adelante en la vida debido a una experiencia traumática que implique una pérdida significativa de sangre.
- La hemofobia puede estar relacionada con tener una amígdala disfuncional, una pequeña sección del cerebro responsable del procesamiento del miedo. La genética afecta la amígdala y la forma en que el cerebro procesa el miedo.
- Un niño puede ver a un miembro de la familia mostrar una reacción extrema a la sangre y, sin saberlo, adoptar tal respuesta.
- Una persona hemofóbica también puede tener antecedentes familiares de esta fobia.
- La representación gráfica interna de la sangre puede inducir miedo en una persona.
- El miedo a infectarse con enfermedades relacionadas con la sangre como el SIDA, la hepatitis, etc., también puede desarrollar esta condición.
- A veces, este miedo puede no tener ninguna causa subyacente.
¿Cuál es el Tratamiento de la hemofobia?
- Terapia cognitivo-conductual: El terapeuta expone gradualmente al enfermo a situaciones que provocan el ataque fóbico. Ayuda a cambiar su perspectiva sobre la fobia, hacer frente a las respuestas corporales y lidiar con el impacto emocional. El terapeuta trabaja con el individuo para desafiar y reformular los pensamientos negativos del paciente.
- Terapia de exposición: El terapeuta expone a la persona hemofóbica a situaciones que desencadenan un ataque fóbico. Puede implicar ejercicios de visualización o exponer al individuo a la sangre en un entorno guiado y seguro. El terapeuta ayuda al individuo a exponer gradualmente su mente a la realidad y eventualmente ver sangre sin verse afectado.
- La terapia de tensión aplicada consiste en entrenar a la persona afectada para que tense las piernas, los brazos y el abdomen para ejercer presión sobre los músculos cuando se expone al miedo. Puede ayudar a prevenir los desmayos.
- Terapia de relajación: La persona afectada puede utilizar técnicas de relajación como ejercicios de respiración, meditación, ejercicios de visualización y yoga. Estas técnicas pueden ayudar a las personas a controlar el estrés y los síntomas asociados con su fobia.
¿Cuántas personas tienen hemofobia?
Las fobias son uno de los trastornos mentales más comunes en los EE. UU., según el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH). Aproximadamente el 10% de las personas en los EE. UU. tienen fobias específicas. Un análisis realizado en 2014 estimó que la hemofobia tiene una prevalencia del 3 al 4 % en la población general, lo que significa que es relativamente estándar .
Tipos de hemofobia
La hemofobia es un término amplio asociado frecuentemente con otros miedos que incluyen la sangre.
- Fobia a las agujas médicas (tripanofobia)
- Fobia hospitalaria (nosocomefobia)
- Fobia al médico (nosocomefobia)
- Fobia al dentista (Dentofobia)
Ver la sangre de otra persona puede desencadenar misofobia. Existe un miedo a los gérmenes en aquellos que tienen mucho miedo de contraer una enfermedad. A veces, el miedo a la sangre estimula el miedo al dolor (algofobia) y a la muerte (tanatofobia).
Prueba de hemofobia
Haga una cita con su médico si experimenta signos y síntomas de hemofobia o si su miedo a la sangre interfiere con su capacidad para vivir toda la vida. Una prueba de detección realizada por un médico o un especialista puede confirmar esta condición. Simplemente dígale a su médico acerca de sus síntomas y cuánto tiempo los ha estado padeciendo. No debe preocuparse por el diagnóstico, ya que no requiere el uso de agujas ni ningún equipo médico. Su médico solo puede requerir su historial médico, psiquiátrico o social para hacer un diagnóstico preciso.
¿Cómo tratar a los pacientes con hemofobia?
Algunas técnicas para apaciguar a las personas hemofóbicas durante un ataque fóbico se enumeran a continuación:
- Técnica de distracción : ayudar al individuo a concentrarse en otra cosa o involucrarlo en una actividad para desviar su atención de un pensamiento o una situación que involucre sangre.
- Hable con el paciente para ganar su confianza.
- Pídales que lean un libro.
- Pídeles que jueguen en línea.
- Hacer que el paciente escuche música. Les ayudará a relajarse y tranquilizar su mente.
- Haga que un amigo o familiar hable con el paciente.
- Técnica de visualización : Visualizar una situación que evoque una sensación de calma puede ser beneficioso para las personas con hemofobia.
- Pídale al paciente que visualice una escena pacífica en su mente e imagine ser parte de ella.
- Pida al paciente que piense en un lugar feliz y sin estrés, como un parque o una playa.
- La técnica de relajación ayuda a calmar la mente y el cuerpo en niveles elevados de ansiedad. Pida al paciente que cierre los ojos, respire profundamente y exhale lentamente.
- El paciente también puede desafiar sus pensamientos negativos recordándoles que un análisis de sangre es un procedimiento estándar y que muchas otras personas se lo hacen regularmente y no enfrentan problemas.
Conclusión
En general, la hemofobia es un miedo relativamente fácil de curar y eliminar. Si es necesario, puede buscar ayuda de United We Care. Es una plataforma de terapia y bienestar de salud mental en línea que ofrece asesoramiento profesional para combatir los desafíos emocionales y mentales.